Ninguna sustancia es realmente inocua.Si un nuevo tratamiento es sistemáticamente mejor que un placebo y es seguro, puede comercializarse, venderse y prescribirse. De lo contrario, no puede, o al menos no debería.
Los ensayos con placebo para evaluar la eficacia del Tamiflu para combatir la gripe subestimó las náuseas y vómitos que provocaba la medicación.Pero este ácido puede causar molestias gastrointestinales, como el oseltamivir.
Las tabletas rosas tienen un mayor efecto estimulante (aumentan la adrenalina) que las azules.A veces, los placebos son notablemente diferentes del tratamiento activo que se está poniendo a prueba.
Las pruebas con placebo son fundamentales para sacar al mercado un nuevo medicamento.Desafortunadamente, estas pautas casi no han mejorado en cuanto a cómo se informa sobre los componentes del placebo.