Los fabricantes ser harán cargo del reciclaje de diez toneladas de pilas.La iniciativa tuvo un enorme éxito y en el lapso de nueves meses se logró recolectar 700.000 unidades de tamaño AA y AAA, equivalentes a diez toneladas.El problema surgió a la hora de buscar deshacerse de los residuos tóxicos.El plan del gobierno porteño era llevar las pilas a un relleno de seguridad en la provincia central de Córdoba, pero las autoridades cordobesas se negaron. Lo mismo ocurrió cuando se intentó llevarlas a la provincia de Buenos Aires.El llamado a que las empresas productoras e importadoras de pilas se ocuparan del problema no tuvo acogida.Fue así que las pilas de la discordia quedaron almacenadas en un depósito, a la espera de un destino final.